jueves, 6 de enero de 2011

Qué nos pasa

España ha sido una nación de inconformistas con ánimo de lucha, que no se redimían ante nada, sobre todo en la época de la dictadura franquista y la transición; que es lo más triste de todo, hace nada, dos o tres generaciones. Pero ahora asistimos atónitos a cómo se nos mangonea, mediante los medios de comunicación, desde el poder (y con el poder no me refiero solo a la Moncloa, sino que también, como todos sospechábamos -o casi veíamos con toda claridad- desde la Casa Blanca, demostrándonoslo wikileaks). Por ese sentimiento de impotencia que tengo al ver esto, y además ver las protestas en países como Francia, Grecia o Reino Unido, que poco más y montan una revolución en sus respectivos países por menos de lo que nos están haciendo a nosotros en materia económica y laboral, publico esta descripción moral de la población española actual (encontrada en el portal kaosenlared), gran causante de la crisis que tenemos encima (no le quito culpa al gobierno), y que si no logramos cambiar nunca podremos salir de esto.

“España se nos aparece como un país habitado por gentes proclives a recibir a todo el mundo de un modo superficialmente campechano, por gentes dispuestas a echarse una mano, pero sin que sirva de precedente, apegadas al terruño y a las tradiciones religioso-folklóricas; gentes fácilmente fanáticas, manipulables por los medios, hipócritas y partidarias de la doble moral, un punto pícaras y malpensadas, envidiosas y dadas a contentarse con el mal ajeno, y con tendencias demostradas a tomar lo que no es suyo.
La cobardía, la delación, el machismo, el servilismo ante los poderosos y el gusto por la violencia contra los animales forman parte de las “mejores” tradiciones nacionales, sin olvidar la facilidad con que aquí se huye de todo cuanto incite a pensar con hondura o aplicarse en asuntos que pongan a prueba la mente y la constancia. La famosa frase “Que inventen ellos” define muy bien esta tendencia.

Un poderoso bagaje de incultura programada por caciques, clero y políticos viene arrastrándose secularmente por el pueblo, que con este ingrediente y la suma de los anteriores se convierte en un colectivo nacional formado por individualistas y falto de ese sentido de lo colectivo que admiramos en otros pueblos europeos.

La historia de este pueblo -hay que reconocerlo - no ha sido fácil: invasiones, guerras civiles, intolerancia, abusos de poder de ricos, caciques y clero, golpes de estado, hambre, miseria y explotación desmesurada en los campos y ciudades, persecución al disidente civil o religioso, facilidad para excluir socialmente al diferente… Los odios, el revanchismo y el deseo de venganza, han sido fieles compañeros del alma colectiva de este pueblo maltratado- y a menudo maltratador,- que no termina de encontrarse a sí mismo.)
Esto no sé si es patético o simplemente surrealista, muy del estilo de Berlanga, muerto este año y de Rafael Azcona, que se le anticipó hace dos, que supieron expresar muy bien en clave de humor todo esto de “lo español”, que aunque tenga tantos y tantos rasgos comunes a la condición humana universal han sido colocados aquí bajo una lupa para expresar todo eso que deberíamos poder superar y poner en su lugar esos valores reconocidos como “quijotescos”, o simplemente cristianos: altruismo, espíritu cooperativo y solidario, libertad de conciencia y decisión para expresarla, amor a la verdad, capacidad de alegrarse del bien ajeno, de perdonar y pasar página , amor a la justicia, tolerancia, respeto, trabajo por la superación de los defectos.

¿Estamos hablando de otro país? Tal vez, sí. Tal vez seriamos un país mejor, más libre, más rico, espiritualmente más fuerte y más feliz".