Los viajes en autobús me desesperan. No tengo nada que hacer, miro la ventana, dormito, vuelvo a mirar la ventana. Monotonía de un paisaje gris en el que cae la noche y las luces de los pueblos tililan en las faldas de las montañas. No me caben las piernas en el asiento. Estoy incómodo y pienso.
jueves, 6 de diciembre de 2012
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